La cumbre de París sobre el cambio climático se ha convertido en la última oportunidad de los gobiernos para llegar a un pacto mundial que salve nuestro planeta de un deterioro inevitable, pero ¿qué podemos hacer nosotros por él?
Atender al nivel de eficiencia energética de los electrodomésticos que elegimos para nuestro hogar y usarlos correctamente, son dos buenas maneras de empezar -si no lo hemos hecho antes- a cuidar de nuestro planeta.

La eficiencia energética de un electrodoméstico es la capacidad del mismo para realizar su función con un consumo de energía menor. La etiqueta energética de los electrodomésticos, obligatoria en toda Europa, es una herramienta informativa que nos permite saber de forma rápida y sencilla la eficiencia energética de los electrodomésticos. Para ello, se basa en una escala de clasificación por letras y colores, que va desde la A y el color verde, para los equipos más eficientes, a la D y el color rojo, para los equipos menos eficientes. Incluye hasta 3 clases adicionales de eficiencia energética: A+, A++ y A+++.

Los fabricantes están realizando un importante esfuerzo por ofrecernos aparatos cada vez más respetuosos con el medio ambiente, desarrollando productos y procesos de fabricación que optimizan el consumo de energía y minimizan el impacto ambiental, utilizando materiales sostenibles.

Además, son cada vez más numerosas las guías y recursos en Internet donde acudir como usuarios para estar al día de la eficiencia energética de los aparatos que utilizamos, comparar y aprender cómo ahorrar energía en casa.

La web www.eurotopten.es ofrece listados de los electrodomésticos que menos gastan y compara su consumo con un modelo ineficiente de sus mismas características. WWF, impulsora de este portal, recuerda -entre otras cosas- que el consumo fantasma o standby puede suponer hasta el 11% de la factura eléctrica anual de un hogar español. Es una herramienta de consulta online que presenta los mejores equipos para diferentes categorías de productos – electrodomésticos, bombillas de bajo consumo, equipos ofimáticos, electrónica de consumo…- en base a criterios de eficiencia energética, calidad y su impacto sobre la salud y el medio ambiente. Como herramienta de comunicación ayuda al consumidor a comprender cómo nuestras decisiones de compra influyen sobre el consumo de energía y el cambio climático, y lo que podemos hacer a título personal para reducir nuestra huella. Topten es también un potente instrumento para influir sobre los fabricantes.

En www.consumoresponsable.org nos enseñan a cocinar, hornear, lavar nuestra ropa o nuestra vajilla de la manera más eficiente, así como a instalar los electrodomésticos correctamente para ahorrar energía. Por ejemplo, lavar en frío o a baja tempera nuestra colada es un buen hábito, ya que el 90% de la electricidad que consume una lavadora es para calentar el agua. Elegir programas económicos tanto de la lavadora como del lavavajillas, evitar mantener abierta la puerta de frigorífico durante mucho tiempo, o tapar ollas, cazuelas y sartenes durante la preparación de nuestros platos, son algunos de los útiles consejos que nos propone esta web.

Para terminar, nos haremos eco de una de las frases más repetidas en París estos días: “Somos la primera generación que siente los efectos del cambio climático y la última que puede hacer algo para solucionarlo”.