Una vez elegida la calidad, el modelo y color de los muebles de la cocina, el siguiente paso es centrarnos en lo que va a ser nuestra superficie de trabajo: la encimera.
Un espacio donde dejaremos las bolsas de la compra, manipularemos los alimentos, apoyaremos sartenes y ollas o tomaremos una copa con amigos o familia, entre otras cosas.
Es importante conocer las ventajas e inconvenientes de cada uno de los materiales disponibles para nuestra encimera. Factores como estética, durabilidad y precio van a ser decisivos en nuestra elección.
Como cada uno entendemos la cocina de forma muy particular, lo más práctico va a ser enumerar cada uno de los materiales que te ofrecemos con sus características, para ofrecerte una visión completa que te ayude a tomar una decisión. En esta entrada empezaremos por las encimeras más económicas.
FORMICA y DUROPAL
Aunque se trate de una marca comercial, en realidad se ha extendido el uso del término ‘Formica’ a los laminados de plástico en alta presión (LAP en castellano y HPL en inglés) tanto para puertas, como ya mencionamos en posts anteriores, como para encimeras.
Un laminado se fabrica mediante la aplicación de presión y alta temperatura a una serie de capas de papel impregnado en plástico especial que, a su vez, sirve para forrar un tablero de aglomerado de madera que puede ser de diferentes grosores, los más usuales 3 y 4 cm. El resultado es un material compacto, duro que resiste bien los arañazos y que no se deteriora con los ácidos.
Su punto fuerte es el precio y la variedad de diseños: colores lisos, imitaciones de madera, piedra, fantasía, etc.
Su inconveniente es que hay que protegerlo del calor. Siempre tendrás que usar protectores para apoyar cafeteras, ollas o sartenes calientes. Además, el exceso de humedad es su enemigo número uno.