Ahora que hemos conocido los laminados ¿qué otros materiales puedes elegir para las puertas de tus muebles de cocina?
El polilaminado es otro acabado muy fácil de limpiar que se compone de un tablero de fibras de densidad media (DM) recubierto de una lámina de PVC. A diferencia de las puertas laminadas, en este caso el PVC cubre también la zona de los cantos, con lo que no van “canteadas”. Además el tablero de DM es moldeable y puede tallarse creando distintas formas en la puerta (plafones, molduras, rayas, etc…) sobre las que se pega la lámina de PVC con resinas mediante calor. Las puedes encontrar en colores mates o en brillo e imitando maderas.

También a base de tableros de DM sobre los que se aplican varias capas de pintura de poliéster, encontrarás puertas lacadas para vestir tu cocina. Menos resistentes a golpes y arañazos que las anteriores, son, sin embargo, muy vistosas. Aunque es tendencia el alto brillo, también las encontrarás en mate y texturizado. No olvides que se trata de un material delicado que requiere ciertos cuidados especiales que ya abordaremos en sucesivos artículos.

Por último, todo un clásico: los muebles de madera. En este caso se trata de puertas de madera maciza o, lo que suele ser más habitual, rechapadas, es decir, tableros de aglomerado recubiertos por una capa de madera natural. Pueden ser lisas o con plafones, rústicas o modernas y debes tener en cuenta que su limpieza y mantenimiento requiere más trabajo.